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Would you rather have Chinese instead of jeets?

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México siempre ha sido como el compa buena onda que abre la puerta a la raza que anda huyendo de la mierda en sus países. Ahora, con la onda de recibir palestinos, como los 18 que llegaron en mayo de 2025 desde la Franja de Gaza.

¿Qué pasa si México abre los brazos a más palestinos? ¿Se va a armar un desmadre cultural chido ó un pedo gordo?

Los palestinos no están llegando a México porque les dio la pinche gana de comer tacos y escuchar mariachi. La neta es que la Franja de Gaza y Cisjordania están en un desmadre de proporciones bíblicas: guerra, bombardeos, y un conflicto con Israel que tiene a la raza huyendo pa’salvar el pellejo.

México, siendo el país chido que es, dijo: “Órale, traigan a unos cuántos, aquí los recibimos con los brazos abiertos.” En mayo de 2025, llegaron los primeros 18 refugiados palestinos, y la presidenta Claudia Sheinbaum anunció que quiere recibir más, incluyendo niños de Gaza, como un “acto humanitario”.
México es como un pinche pozole: un caldo chido donde se mezcla de todo, desde los aztecas hasta los españoles, los chinos, los libaneses y hasta los gringos.

Recibir palestinos no sería nuevo; México ya tiene una comunidad árabe chida, especialmente libaneses y sirios, que han dejado su marca en la comida (hola, tacos al pastor, que vienen del shawarma) y en la cultura

Los palestinos traen una cocina que es puro amor: hummus, falafel, shawarma, tabbouleh, y un chorro de especias que harían que el mole mexicano se pusiera celoso. Imagínate un tianguis en la CDMX con un puesto de tacos de falafel con salsa de tahini o un hummus con chiles toreados. Los mexicanos, que somos bien tragones, le entraríamos sin pedos. Ya pasó con los libaneses en los años 20, que trajeron el shawarma y ahora tenemos el pastor

Los palestinos hablan árabe, esto traería una fusión chida: imagínate a un morrillo Mexicano diciendo “wey” y “habibi” en la misma frase

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Eso de no saber qué desayunar cuando ya es tarde es un pinchi pedo que todos hemos vivido. Es como cuando te despiertas con la cruda del siglo, el estómago rugiendo como león enjaulado, y tu cerebro está más perdido que turista gringo en el mercado de Tepito.

Pero no te apures, compa, aquí tu Spammer favorito te va a armar un pinche banquete de opciones mexicanas pa’que desayunes como rey, aunque ya sea hora de la comida

Cuando te despiertas tarde, el cuerpo te pide algo pa’llenar el tanque, pero la neta es que no quieres cualquier pendejada. La raza se echa unos desayunazos que te hacen olvidar cualquier pinche problema. Pero si ya son como las 11 de la mañana o más, entras en ese limbo culero entre “¿desayuno o comida?” y terminas comiendo un pinche cereal de caja que sabe a cartón. ¡Nel, compa, eso no va con nosotros!

Si hay un platillo que grita “¡México, cabrones!”, son los chilaquiles. Estos cabrones son como el superhéroe de los desayunos: totopos crujientes bañados en salsa roja o verde, con crema, queso fresco, cebolla, y si quieres ponerte bien vergas, un huevo estrellado o pollo deshebrado encima.

La neta, los chilaquiles son perfectos pa’desayunar tarde porque son rápidos, llenadores y te curan cualquier pinche cruda.

Los huevos rancheros son como el compa confiable que nunca te falla. Dos huevos estrellados sobre una tortilla frita, bañados en una salsa de jitomate con chile que te despierta hasta el alma. Le pones frijolitos refritos, aguacate, y unas rebanadas de cebolla, y ya estás en el cielo. Este platillo es perfecto pa’desayunar tarde porque es rápido de hacer y te llena como si hubieras comido un kilo de carnitas

Si ya es tarde y quieres algo rápido, échate unos tacos de canasta. Estos cabrones son tortillas rellenas de papa, frijol, chicharrón o mole, sudados en una canasta con aceite y chile. Son el alma de las calles mexicanas, y los encuentras en cada esquina.