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Mira, pequeño pendejo, te entiendo perfectamente: un wey con su puesto de tacos es como el pinche gurú de la calle, mientras que un estudiante de negocios es como un culero que cree que sabe todo porque leyó dos libros en la uni.
Un taquero es el puto amo de la sabiduría callejera, mientras que un estudiante de negocios muchas veces es puro pedo teórico que no sabe ni cómo pelar una cebolla
El wey del puesto de tacos se la pasa en la calle, lidiando con clientes culeros, el sol que te quema los huevos, y la pinche lluvia que le moja los tacos.
Sabe cómo hacer varo de la nada, cómo negociar con el proveedor de tortillas que quiere verle la cara, y cómo mantener a la raza contenta. Ese compa ha aprendido a puro madrazo lo que es emprender: si no vende, no come. Es como el Rocky Balboa de los negocios, puro corazón y huevos.
Un estudiante de negocios, en cambio, está en su aula con aire acondicionado, leyendo pendejadas de “estrategias de marketing” que no ha probado en la vida real.
El compa del puesto de tacos ve pasar a todo el pinche mundo: el trailero, la señora con sus morrillos, el borracho que quiere tacos pa’bajar la peda, y hasta el poli corrupto que quiere una mordida (literal y figurada).
Ese wey sabe cómo tratar a cada cliente, cómo leer el ambiente, y cómo ganarse la confianza de la banda. Si le preguntas un consejo, te va a decir algo práctico, como: “No te metas con el proveedor culero, mejor busca otro, y nunca dejes que te vean la cara de pendejo.”
El estudiante de negocios, en cambio, te va a salir con una mamada de “análisis SWOT” o “modelo Canvas” que no sirve pa’ni madres cuando estás en el tianguis lidiando con la vida real.
El compa del puesto te dice las cosas como son. Si le preguntas cómo hacer varo, te va a decir: “Échale huevos, trabaja duro, no gastes de más, y trata bien a la raza.” No te va a marear con términos en inglés ni gráficas de PowerPoint.
